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Foto del escritorSonia Oliva Barruso

6 pasos para eliminar la dependència emocional

Cuando nuestra felicidad está supeditada en exclusiva a una persona, el sufrimiento es inevitable. El apego insano y obsesivo es el mayor detonante de malestares, de boicoteos y pérdidas de autoestima. Por tanto, debemos tenerlo claro: es necesario eliminar la dependencia emocional. hay que dar un paso efectivo para ser autónomos y emocionalmente solventes en materia afectiva.

La dependencia emocional tiene mucho que ver con la forma en que una persona se infravalora o la desvalorizan (caso, por ejemplo, de las mujeres víctimas violencia de género). Asimismo, no podemos dejar de lado un hecho casi innegable. Todos lo hemos hecho alguna vez. Confundimos amor con apego y nos vemos envueltos en vínculos faltos de reciprocidad. Incluso hasta el punto de dejar nuestro bienestar a merced de un tercero.

Aprendamos, por tanto, qué pasos o procesos internos debemos poner en práctica para disfrutar de unas relaciones más saludables.


1. Identificar la dependencia afectiva


Un primer aspecto que debemos considerar es el siguiente: la dependencia emocional se extiende más allá de las relaciones de pareja. También se suele evidenciar con otras vinculaciones sociales: con amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede extenderse a casi cualquier ámbito.

A menudo, pueden pasar largos períodos de tiempo hasta que nos damos cuenta. Hablamos de meses e incluso de muchos años. ¿Por qué nos damos cuenta tan tarde? Porque durante ese trayecto, solemos haber perdido nuestra autosuficiencia emocional. Estamos supeditados a alguien hasta el punto de no pensar ni de actuar por nosotros mismos.

Intuir esa realidad psicológica será, sin duda, el primer paso para proceder a eliminar la dependencia emocional. Tengamos en cuenta los siguientes:

¿Cómo son las personas dependientes?

Para evaluar si tenemos la tendencia a establecer relaciones de dependencia con los demás, podemos fijarnos en las siguientes características:

  • Su felicidad se centra en una sola persona: no disfruta de otra cosa que no sea estar con quien ama o aprecia.

  • Su alegría depende de cómo le tratan los demás.

  • Evita a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos.

  • Antepone el deseo de otros a los suyos.

  • Solo está bien consigo mismo cuando percibe que es querido.

  • Miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia.

  • Cae fácilmente en los chantajes emocionales.

  • Prefiere sufrir antes que dejar a la persona con la que mantiene esa relación.

  • Sentimientos de culpa: si la otra parte no se siente contenta o satisfecha, el dependiente sufre malestar y culpabilidad.

  • Quiere tener el control de la vida de la otra persona para tener la seguridad de que no la perderá: se convierte en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas y deja de vivir su vida para seguir la del otro.

  • Aparece una clara tendencia hacia el aislamiento social: es decir, sólo le apetece estar con esa persona.

  • La relación genera ansiedad: la persona nunca está contenta porque quiere más y, sobre todo, teme que la dejen, lo cual sería una catástrofe porque no se imagina la vida sin esa persona.

A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida. Lo que diferencia a una persona no dependiente es que cuando están solo/a puede tener momentos de melancolía, pero eso no le detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida.

2. Hacer un listado de cosas que nos perjudican y nos satisfacen

Una vez que ya se ha reconocido la existencia del problema y se tiene convencimiento de la necesidad de eliminar la dependencia emocional, debemos dar un segundo paso. Haremos un listado de cosas que hemos llegado a hacer por alguien y que de una u otra forma, nos han perjudicado. No nos referimos a las acciones que hemos hecho por el otro basándonos en el amor; sino en lo que hemos hecho aún sabiendo que no era lo que queríamos, deseábamos o nos beneficiaba en ese momento.

Ten en cuenta que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal, sino en el de la otra persona para no perderla.

Si quieres cambiar y eliminar la dependencia emocional en tu vida, lo primero que debes hacer es pensar en ti.

¿Qué cosas tenía la otra persona que te perjudicaban? ¿Qué has hecho tú por el otro que a ti te hacía daño? ¿Has dejado de lado amistades, familia, actividades, estudios, desarrollo personal, etc..? ¿Te han tratado con el respeto que te mereces?

En estos casos es importante ser consciente del sufrimiento que hemos experimentado. Todo lo dejado o relegado tiene un coste. Todo tiempo invertido es calidad de vida perdida. Reflexionemos sobre ello.

3. Reforzar la autoestima

Como hemos visto el factor principal de cualquier dependencia emocional es una baja autoestima. Existen muchas opciones para poder reforzarla. La cuestión es darle la importancia que se merece y recuperar ese tendón psicológico indispensable.

Veamos a continuación algunos consejos:

  • Empieza a decidir por ti mismo.

  • Recuerda tus logros del pasado, tus éxitos.

  • No te compares, no busques aprobaciones ajenas.

  • Inicia nuevos proyectos, conoce a gente nueva. Experimenta, emociónate.

  • Trabaja tu asertividad. Di “sí” sin miedo y “no” sin culpa.

  • Responsabilízate de tu vida y de tu felicidad.

  • Conócete a ti mismo, explora tus necesidades y deseos.

  • Sana tus heridas.

4. Reconcíliate con tu yo del pasado

Ligado al paso anterior, es fundamental que dejes ir el pasado y te concentres en los cambios que estás viviendo en el presente. No obstante, ten en cuenta que la única forma de soltar el pasado es reconciliándonos con él, es decir, aprender a reconocerlo como un momento de nuestra vida que nos dejó valiosas enseñanzas y que nos ayudó a convertirnos en esa persona que somos hoy.

De mismo modo, trata de ser amable con tu yo del pasado y no juzgues sus acciones a partir de los criterios que tienes hoy. Si algo en tu historia personal te parece un error a la luz del presente es justamente porque esas experiencias te hicieron más fuerte y sabio. Perdónate y agradécete por todo lo que has vivido.

5. Aprender a estar solo

La vida es más bonita con amor, pero éste llega sanamente cuando nos sentimos bien con nosotros mismos. No podemos tener una relación saludable si antes no nos hemos desarrollado como personas. Por tanto, para eliminar la dependencia emocional, es necesario aprender a estar solos. Disfrutar de nosotros mismos. Entendernos, comprendernos. Ahondar en cómo somos, qué deseamos y qué no.

Cuando uno mismo se ama y no necesita a los demás, es cuando está preparado para querer de una manera sana.

A todos nos gustaría tener una pareja ideal, personas a quien querer. Pero una cosa es “necesitar” y otra muy diferente “desear”. Cuando necesitamos no funciona. Cuando tenemos que tener a alguien a nuestro lado para sentirnos bien, es muy probable que la relación no se desarrolle de manera saludable.

Uno debe aprender a disfrutar de la vida sin pareja. Hay infinidad de cosas que hacer, como descubrir y desarrollar nuestros habilidades, labrar nuestro futuro, dedicar tiempo a las aficiones, hacer amistades con gente buena, viajar, disfrutar de las pequeñas cosas. Y sobre todo cuidarnos y amarnos como nos merecemos.

6. Reconocer si necesitas buscar ayuda

Por último, si has trabajado en todos los pasos anteriores pero sientes que aún te cuesta mucho vincularte con otros de formas más sanas e independientes, es importante reconocerlo y buscar ayuda profesional. Un buen acompañamiento terapéutico puede ayudarte a rastrear la forma en la que ciertos hitos de tu historia personal han ido alimentando tu dependencia afectiva. Sumado a esto, un profesional en psicología puede señalarte distintas estrategias para fortalecer tu autoestima, tu autoconfianza y tu asertividad.

Eliminar la dependencia emocional es preservar nuestra autosuficiencia, es invertir en dignidad y bienestar.



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